Se llena el depósito con agua del grifo calentada
previamente si es necesario.
La esterilla de goma antideslizante se coloca sobre
la puerta abatible de forma que el perro pueda subir
por ella cómodamente y meterse en la piscina terapéutica.
Se retira la esterilla y se cierra la puerta herméticamente.
El agua del depósito se bombea en la piscina terapéutica
hasta la altura del pecho del perro. La cantidad exacta
de agua depende de la constitución y de la enfermedad
de cada animal.
Con el mando a distancia la trotadora se pone
en funcionamiento lentamente y se va regulando
la velocidad del tratamiento de forma gradual.
Una vez finalizado el tratamiento la velocidad
de la trotadora se va reduciendo hasta que se detiene
completamente. El agua vuelve a bombearse al depósito
pasando por un filtro. El agua todavía puede utilizarse
en el siguiente tratamiento.
Se seca el perro con una toalla en el interior,
se coloca de nuevo la esterilla de goma
y el perro sale de la piscina terapéutica
a través de la puerta abatible.